El duelo es el proceso psicológico que se produce tras una pérdida, una ausencia o la muerte de alguien. No existen soluciones mágicas ante esta situación. Vivir implica una sucesión continua de alegrías y tristezas, de logros y frustraciones, de encuentros y de pérdidas.
Se pueden sufrir diferentes síntomas emocionales y físicos como: ansiedad, miedo, culpa, confusión, negación, depresión, tristeza, shock emocional, etc.
Las causas más importantes de duelos suelen deberse a:
• La muerte de seres queridos muy cercanos, como familiares directos o amigos.
• La muerte de seres queridos muy cercanos, como familiares directos o amigos.
• La muerte de las mascotas cuando se trata de un miembro más de la familia o una compañía importante.
• Las relaciones de pareja que se rompen y no sólo se produce la pérdida de la compañía de esa persona, sino también proyectos en común y expectativas de futuro.
• La pérdida de la salud; por el diagnóstico de una enfermedad que modifique nuestra calidad de vida.
• La pérdida del empleo o de dinero provocan grandes duelos, como así también la llegada de la jubilación.
• La mudanza, la migración a otra ciudad o país y el desarraigo generan duelos considerables.
Incluso, dejar una adicción, como por ejemplo el tabaquismo, puede implicar un duelo.
Lo más importante es entender que ante una pérdida, es necesario atravesar el duelo, lo cual implica enfrentar el dolor. Conectarse con la tristeza de la falta es fundamental. No negar ni evadir los sentimientos que van apareciendo, ni acelerar el proceso.
En todo duelo, sucede naturalmente las siguientes etapas:
✓ negación,
✓ ira,
✓ negociación,
✓ depresión y
✓ fatiga,
✓ aceptación; para lograr la nueva adaptación a la realidad.
Expresar la pérdida, compartirla con seres queridos y amigos, otorga apoyo emocional. A veces se requiere de terapia psicológica para atravesarlo, en especial si se extiende en el tiempo más allá del período habitual o cuando resulte difícil manejarlo solo.
Mantener las conductas vitales en orden, como la alimentación adecuada, el buen dormir y la actividad física, ayudan a mantener una sensación de estabilidad.
Ante cualquier duda, consultar siempre con un especialista de confianza.
Dra. Liliana Aslanian.
MN. 93180
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